Resumen:
Objetivo:
El objetivo es evaluar los resultados de y la satisfacción
de los usuarios con 25 Talleres de sexo mas seguro diseñados
para reducir los riesgos asociados a la conducta sexual entre la
población de usuarios de drogas inyectadas (UDIs).
Material y Método:
La muestra incluye 387 UDIs (68,7% hombres y 31,3% mujeres) con
una edad promedio de 32,4 años, asignados de forma no aleatoria
a los grupos de intervención y comparación. Los sujetos
fueron evaluados en pre-test, post-test y seguimiento utilizando
un cuestionario autoaplicado sobre conductas sexuales de riesgo
y variables mediadoras en estas conductas.
Resultados:
Los Talleres de sexo más seguro están asociados a
un aumento en la frecuencia del uso del preservativo en las relaciones
coitales, tanto con la pareja habitual como con pareja ocasional.
También están asociados a un aumento en las variables
mediadoras para las practicas de sexo seguro: conocimientos sobre
el uso adecuado del preservativo, conocimientos sobre la transmisión
del VIH/SIDA y expectativas de resultados del uso del preservativo.
Adicionalmente, la satisfacción de los usuarios de estos
Talleres es muy elevada.
Conclusión:
Estos resultados proporcionan apoyo empírico a la eficacia
de este tipo de intervenciones cortas diseñadas para reducir
los riesgos asociados a las practicas sexuales entre los UDIs. Indirectamente
proporcionan apoyo a la formación en redes realizada con
profesionales sanitarios que trabajan en drogodependencias para
fomentar las intervenciones de reducción de los riesgos entre
sus pacientes UDIs.
Palabras clave: Reducción de riesgos, UDIs, Programa,
SIDA, Evaluación
Abstract:
Objective:
Objective is to evaluate outcomes and user's satisfaction of 25
workshops for safe sex designed to reduce the risks associated
with sexual behaviors among injecting drug users (IDUs).
Method:
Sample includes 387 individuals (68.7% male and 32.3% female IDUs)
with an average of 32.4 years, assigned non-randomly to one comparison
group or to one workshop user-group. They were assessed at pretest,
postest and follow up using a questionnaire including questions
on risk sexual behaviors and mediating variables for these behaviors.
Results:
Workshops designed for safer sex practices were associated to
higher frequencies in using condoms with an habitual or occasional
partner. Also, these interventions showed a relationship with
significant improvements in mediating variables for safer sex
practices: knowledge on an adequate use of a preservative, knowledge
on HIV and AIDS, and outcome expectancies about using a condom.
Moreover, users of these workshops reported high satisfaction
levels.
Conclusions:
The findings provide a encouraging support to efficacy and users'
satisfaction of these short-interventions designed for risk-reduction
associated with sex practices among injecting drug users, and
also to previous efforts in training a network of drug workers
to implement interventions of risk reduction among their patients
IDUs.
Key words: Harm Reduction, IDUs, Taylored Program, AIDS,
Evaluation
1. Introducción
En nuestro país, los servicios de asistencia a drogodependientes
se organizaron a finales de la década de los años
70, basados inicialmente en un modelo de la adicción como
enfermedad orientado principalmente hacia la abstinencia en el
uso de drogas. En los años 90, con la aparición
de la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana
(VIH) entre los inyectores de drogas y la consecuente epidemia
de SIDA en este colectivo, surgieron los programas orientados
hacia la reducción de los riesgos asociados a las conductas
de uso de drogas. En España, en los últimos años,
los distintos dispositivos de tratamiento (públicos y privados)
han ido reconociendo la necesidad de diseñar e implementar
programas para la prevención de los problemas de salud
asociados al uso de drogas que se enmarquen en los modelos teóricos
de reducción de riesgos especialmente con aquellos usuarios
de drogas que utilizan, aunque sea de manera ocasional, la vía
parenteral.
En los primeros momentos se cuestionó la eficacia de este
tipo de programas, y las posibles consecuencias derivadas de objetivos
que no perseguían la abstinencia. Sin embargo, numerosos
estudios han demostrado ya su efectividad y eficiencia, su carácter
no excluyente con otros Programas de tratamiento para las adicciones
y la necesidad ineludible de que complementen a Programas destinados
a conseguir la abstinencia.
La evaluación de los Programas de Intercambio de Jeringuillas
(PIJs) han demostrado que están asociados a la reducción
de las conductas de alto riesgo en el consumo de drogas por vía
parenteral (Des Jarlais et al., 1999), y a la derivación
de los usuarios a otros servicios de salud (Dolan, Stimson y Donoghoe,
1993). No obstante, diversas investigaciones indican que esta
tendencia a adoptar conductas preventivas no se produce en las
relaciones sexuales íntimas, y de forma particular con
la pareja estable, y que los cambios en la conducta sexual (en
caso de producirse) se dan de forma marcadamente más lenta
que los cambios en la conducta de inyección y son menos
estables y duraderos. Datos aportados por distintos autores (Battjes
et al., 1995; Pavia et al., 1997; Menoyo et al., 1998) sugieren
que la seguridad sexual no es considerada como una alta prioridad
para los UDIs y sus parejas sexuales y si bien las normas cotidianas
del grupo han comenzado a enfatizar el "uso seguro de drogas",
enfatizan las prácticas sexuales inseguras.
Numerosos estudios ya han demostrado que los UDIs son capaces
de modificar sus conductas de riesgo asociadas al consumo inyectado
de drogas para reducir estos riesgos (Watters, Estilo, Kral et
al..,1994; Watters, Estilo, Clark y Lorvick, 1994; Stimson y Power,1992;
Stimson, 1995). Sin embargo, los resultados de los estudios de
evaluación sobre la prevención de la transmisión
sexual del VIH/SIDA han sido menos prometedores (Dolezal et al.,
1999) y han mostrado que las conductas sexuales de riesgo parecen
ser más resistentes al cambio que las conductas de autoadministración
de drogas. En general se acepta que facilitar la disponibilidad
de preservativos es una condición necesaria pero no suficiente
para reducir las conductas sexuales de riesgo y que es necesario
implementar otro tipo de intervenciones educativas y preventivas,
que hagan hincapié en aspectos motivacionales y actitudinales
específicos. como son los "Talleres de Sexo Más
Seguro" (Insúa,1996, Insúa et al.., 1993; Becker,
Rankin y Rickel, 1998). No obstante, la eficacia de estas intervenciones
sobre las conductas de riesgo es relativamente menor que la de
los programas de reducción de los riesgos asociados al
uso inyectado de drogas, estimándose que el impacto de
estos Talleres sobre el cambio de las conductas sexuales de riesgo
se sitúa en torno a una reducción del 10-20% en
estas conductas.
Ante la necesidad de implementar programas específicos
diseñados para la reducción de los riesgos asociados
tanto a la conducta de inyección como a la conducta sexual,
el Plan Nacional sobre Drogas, el Plan Nacional sobre el SIDA
y la Universidad del País Vasco han puesto en marcha un
Programa en Redes para la formación de profesionales sanitarios
del Estado que trabajan en servicios públicos de atención
a UDIs. El Programa se fundamenta en los principios de las intervenciones
eficaces de salud pública para usuarios de drogas consensuados
por la OMS y, tanto el diseño de la formación como
las intervenciones concretas, se han realizado considerando los
programas cuya evaluación ha demostrado que son eficaces
para los objetivos que se proponen (Insúa y Moncada, 2000b;
Insúa, Lledó y Grijalvo, 2001). Así, este
programa tiene sus fuentes teóricas en los modelos teóricos
sociocognitivos que explican el cambio de comportamiento (el Modelo
de la Acción Razonada de Ajzen y Fishbein, 1977; 1980;
el Modelo de la Acción Planificada (Ajzen y Madden, 1986;
Shifter y Ajzen, 1985); el Modelo de Creencias de Salud (Becker,
1974); el Modelo de Prevención de Recaídas (Gibbons,
McGobern y Lando, 1991); el Modelo PRECEDE/PROCEED (Green y Kreuter,
1991); la Teoría de la Autoeficacia (Bandura, 1977); el
Modelo de Fases de Cambio (Prochaska y DiClemente, 1983; 1992);
el Modelo de Reducción de Riesgo de Sida (Catania et al.,
1990) y el Modelo de Reducción de Riesgo de Sida Modificado
(Ehrhardt et al., 1992) y se consolida después de haber
sido puesto a prueba y evaluado en distintas poblaciones de profesionales
sanitarios del Estado durante los últimos años.
Las evaluaciones de cada uno de los programas previamente realizados
nos han permitido estructurar un programa de intervención
en redes que incluye formación para los profesionales sanitarios
en dos tipos de talleres: Talleres de Sexo más Seguro (TSMS)
y Talleres de Consumo de menos Riesgo (TCMR), además de
la supervisión para el diseño de intervenciones
adaptadas al colectivo de UDIs en cada territorio y la facilitación
de los materiales didácticos específicos: un Manual
de Educación Sanitaria y dos vídeos psicoeducativos
(Insúa, 1999), como materiales de apoyo. Este Programa
ha sido descrito en profundidad en otros trabajos nuestros (Insúa
y Moncada, 2000a; 2001).
En un informe previo (Insúa y Moncada, 2002) se presentaron
resultados en apoyo a la eficacia de Talleres diseñados
por los profesionales sanitarios de nuestro programa para la reducción
de los riesgos asociados a la conducta de inyección de
drogas en sus clientes UDIs. El presente informe describe los
resultados alcanzados y la satisfacción de los usuarios,
en los talleres diseñados para fomentar el desarrollo de
prácticas sexuales más seguras entre los UDIs en
tratamiento por abuso de sustancias.
2. Material y método
2.1. Descripción del programa de intervención
con usuarios de drogas orientado al desarrollo de prácticas
sexuales más seguras.
El programa consistió en desarrollar talleres de formación
para la prevención de los problemas de salud asociados
a la conducta sexual y específicamente para la prevención
de la transmisión del VIH y otras enfermedades de transmisión
sexual. Estas actividades estuvieron organizadas en forma de TSMSs,
siguiendo los criterios de las intervenciones eficaces de salud
pública, recogidos en otros trabajos nuestros (Insúa
y Moncada, 2000b; Insúa, Lledó y Grijalvo, 2001).
El desarrollo de los TSMSs se basó en una metodología
que combinó técnicas de dinámica de grupos
para la participación de los usuarios, con la exposición
semi-magistral activa para la transmisión de los contenidos
teóricos. La duración de los Talleres fue de 10
horas, distribuidas en cinco sesiones de dos horas cada una.
El objetivo general de este programa de intervención es
la reducción de los riesgos y los daños asociados
a la conducta sexual entre los usuarios de drogas admitidos en
centros de asistencia y tratamiento de todo el Estado. Este objetivo
general se hace operativo en los siguientes objetivos específicos
para los TSMSs: a) ampliar los conocimientos sobre las vías
de transmisión sexual del VIH y otras enfermedades infecto-contagiosas
y sobre la prevención relacionada con las conductas sexuales;
b) aumentar el autocontrol y planificación de las relaciones
íntimas, y las habilidades para la negociación y
resolución de problemas, y c) enseñar y entrenar
el uso adecuado del preservativo y adecuar el balance costes-beneficios
de cara a aumentar su utilización con la consiguiente disminución
de las conductas sexuales de riesgo.
2.2. Plan de Evaluación del Programa de Intervención
con UDIs.
2.2.1. Objetivos de la evaluación.
La muestra está compuesta por los 25 TSMS para UDIs realizados
por profesionales formados en nuestro programa de redes, cuyos
conductores aceptaron entrar en un riguroso protocolo de evaluación.
En estos han participado 387 UDIs en tratamiento en centros de
atención a drogodependencias y fueron realizados durante
el periodo enero-agosto del año 2001.
La evaluación de los talleres se centra en dos ámbitos:
a) evaluación de los resultados e impacto de los talleres
(eficacia), que evalúa tanto la evolución de las
conductas sexuales de riesgo, como la modificación en las
variables mediadoras que explican el cambio estas conductas (conocimientos,
actitudes, expectativas); y b) evaluación de los procesos,
cuyo objetivo es la valoración de la satisfacción
de los usuarios de los talleres acerca de los diferentes elementos
estructurales, impacto y satisfacción global con éstos.
Nuestro propósito es evaluar los resultados y procesos
de los TSMS comparando los usuarios de éstos con UDIs en
tratamiento que no han participado en los mismos.
2.2.2. Hipótesis a contrastar en la evaluación
de los Talleres.
Hipótesis principal: Los usuarios de los Talleres experimentarán
cambios favorables tras la intervención (post-test) en
relación con la línea base (pre-test), tanto en
las conductas sexuales de riesgo como en las variables mediadoras
de estas conductas, y esos cambios positivos tenderán a
mantenerse tras el seguimiento. Por el contrario, estos cambios
no serán experimentados por los sujetos que componen los
grupos de comparación.
Hipótesis segunda: Los usuarios de los talleres no serán
diferentes de los sujetos de comparación en las conductas
de riesgo realizadas ni en las variables mediadoras evaluadas
en el pre-test. Si existen diferencias en el post-test o seguimiento
en estas variables, tales diferencias serán favorables
a los usuarios de los talleres.
Hipótesis tercera: Los usuarios de los talleres mostrarán
un nivel de satisfacción alto en relación con los
diferentes elementos de los TSMSs en que han participado.
2.2.3. Diseño de la evaluación.
El diseño de la evaluación es de tipo cuasi-experimental
2x3, con medidas repetidas y un grupo de control no equivalente
(grupo de comparación). Los sujetos fueron asignados de
forma no aleatoria a una de las dos condiciones (usuarios de los
Talleres o grupo de comparación), teniendo en cuenta criterios
de conveniencia clínica.
Los momentos de medida fueron tres:
- Evaluación basal (pre-test), durante el primer día
de implementación de los talleres.
- Evaluación postest, inmediatamente tras la finalización
de los talleres.
- Evaluación de seguimiento, un mes después de
la finalización de los talleres, para evitar, en lo posible,
la mortandad experimental característica e este tipo
de estudios.
2.2.3. Variables, instrumentos de medida y análisis
estadísticos utilizados.
El instrumento utilizado para la recogida de información
fue un cuestionario estructurado con preguntas cerradas agrupadas
en las siguientes áreas: a) datos sociodemográficos
(12 ítems); b) conocimientos sobre la transmisión
y las medidas de protección frente al VIH/SIDA (30 ítems);
c) conocimientos sobre el uso adecuado del preservativo (10 ítems);
d) percepción de las ventajas y desventajas del preservativo
(31 ítems) y expectativas de resultados esperados del uso
del preservativo en las relaciones coitales (4 ítems),
e) frecuencia del uso del preservativo en las relaciones coitales
con pareja habitual y ocasional, f) porcentaje de relaciones coitales
protegidas y problemas experimentados con el preservativo (5 ítems)
y g) satisfacción de los usuarios de los TSMSs (10 ítems).
Todos los instrumentos utilizados para la recogida de los datos
expuestos en el presente informe han demostrado adecuadas consistencia
interna y fiabilidad test-retest en su aplicación a los
usuarios de los TSMS (Insúa, 2002).
Hemos utilizado los siguientes análisis estadísticos,
realizados con el paquete estadístico SPSS, v.10.1.: a)
análisis descriptivos (frecuencias y porcentajes, estimadores
clásicos de localización y de escala -media, desviación
típica, etc.-); y b) análisis comparativos (tablas
de contingencia y estadísticos asociados; comparación
de medias basadas en la prueba t para muestras relacionadas -en
la comparación intra-grupo a lo largo del estudio- y para
muestras independientes -comparación inter-grupos en cada
uno de los momentos de medida-; análisis de covarianza;
pruebas no paramétricas para la comparación intra-grupo
-la prueba de McNemar- y análisis de varianza de medidas
repetidas). Se utilizaron también análisis log-lineales
para detectar la evolución diferencial de ambos grupos
en variables categóricas.
2.2.4. Composición de la muestra.
Como ya se ha señalado la muestra estaba formada por 387
sujetos, 226 hombres (68,7%) y 121 mujeres (31,3%), procedentes
de programas de tratamiento de 13 Comunidades Autónomas
(Aragón, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha,
Castilla y León, Ceuta, C. Valenciana, Extremadura -con
la participación adicional de una ONG: UNAD-, Galicia,
Madrid, Murcia y País Vasco); casi todos ellos de nacionalidad
española (99%). La media de edad es de 32,4 años
(d.e. de 5,9 años). Algo más de la mitad están
solteros (58,4%), alrededor de la cuarta parte están casados
o con pareja estable (28,1%) y poco menos de la mitad tienen hijos
(43,1%). La mayoría de ellos tienen estudios equivalentes
a la EGB o inferiores (65,1%) y la mayoría de ellos están
sin empleo o en situación de incapacidad laboral (54,6%
y 10,3% respectivamente). La mitad han estado en prisión
(50,9%), la gran mayoría se han inyectado drogas alguna
vez (86,6%) y algo menos de la tercera parte reconocen ser seropositivos
al VIH (31,9%). Aproximadamente la mitad eran usuarios de los
Talleres (N = 193; 49,9%) y componían por tanto el grupo
de intervención, mientras que los demás formaban
parte de los grupos de comparación (N = 194; 50,1%).
Las variables mediadoras utilizadas como medidas de resultados
de los TSMSs son: a) conocimientos sobre el uso adecuado del preservativo,
b) conocimientos sobre las situaciones de riesgo para la transmisión
del VIH y para la protección frente a ésta; c) percepción
de las ventajas e inconvenientes del preservativo, y expectativas
de resultados de usar el preservativo.
Los indicadores conductuales utilizados como medidas de resultados
de los TSMSs en el presente trabajo son: a) utilización
siempre del preservativo con la pareja habitual; b) utilización
siempre del preservativo con la pareja ocasional; c) porcentaje
de relaciones coitales protegidas (con preservativo); d) Problemas
experimentados para convencer a la pareja para usar el preservativo;
e) problemas experimentados con el uso del preservativo.
3. Resultados
3.1. Evaluación de resultados de los TSMS.
3.1.1. Conocimientos sobre el uso adecuado del preservativo.
Ambos grupos mostraban en el pre-test un nivel de conocimientos
muy similar y notablemente elevado acerca de lo que constituye
un uso adecuado del preservativo, respondiendo acertadamente a
8 de las 10 cuestiones (el 80%).
En el post-test el nivel de conocimientos sobre el uso del preservativo
es significativamente superior entre los usuarios de los TSMSs
que entre el grupo de comparación, según la prueba
T para la comparación de medias (t = 4,9; 370 g.l.; p <
0,000). Lo mismo ocurre en el seguimiento (t = 3,44; 322 g.l.;
p < 0,001). Tanto en el post-test como en el seguimiento los
usuarios de los TSMS alcanzan una puntuación equivalente
a responder acertadamente a alrededor de 9 de las 10 cuestiones
sobre los riesgos de la inyección (el 90% de las cuestiones),
mientras que el grupo de comparación responde acertadamente
a algo más del 80% de las mismas.
El análisis univariante de la varianza, tomando como covariante
las puntuaciones en el pre-test, demuestran que los usuarios de
los TSMSs incrementan sus conocimientos sobre el uso adecuado
del preservativo significativamente más que el grupo de
comparación a lo largo del estudio en comparación
con el pre-test. Esto es así tanto en el post-test (F =
25,7; 1 g.l.; p < 0,000) como en el seguimiento (F = 10,2;
1 g.l.; p < 0,002). Los análisis de la varianza de medidas
repetidas también demuestran que la evolución en
el post-test en relación con el pre-test es más
favorable entre los usuarios de los TSMS que entre los sujetos
de comparación (F = 10,2; 1 g.l.; p = 0,002) y se observa
una tendencia al mismo efecto en el seguimiento en relación
con el pre-test (F = 3,1; 1 g.l.; p = 0,08). Estos datos proporcionan
apoyo a la eficacia de los TSMS para aumentar los conocimientos
acerca de lo que constituye un uso adecuado del preservativo (ver
gráfico 1).
3.1.2. Conocimientos sobre el SIDA.
El nivel de conocimientos sobre el SIDA era muy similar en los
usuarios de los TSMSs y entre los sujetos del grupo de comparación
en el pre-test, y pasó a ser superior entre los primeros
frente a los segundos en el post-test y en el seguimiento (t =
4; 370 g.l.; p = 0,000 y t = 2,7; 355 g.l.; p = 0,007 respectivamente).
Los análisis univariados de la varianza con las medidas
del pre-test como covariante demuestran que los usuarios de los
TSMSs aumentan sus conocimientos sobre el SIDA tras los talleres
significativamente más que los sujetos de comparación
(F = 22,4; 1 g.l.; p < 0,000). Lo mismo ocurre con los cambios
tras el seguimiento en relación con el pretest (F = 8,1;
1 g.l.; p < 0,005). Los análisis de la varianza de medidas
repetidas también demuestran que la evolución en
el post-test en relación con el pre-test es más
favorable entre los usuarios de los TSMS que entre los sujetos
de comparación (F = 15,7; 1 g.l.; p = 0,000) y lo mismo
ocurre en el seguimiento en relación con el pretest (F
= 5,3; 1 g.l.; p = 0,02), proporcionando apoyo a la eficacia de
los TSMS para aumentar los conocimientos sobre el SIDA entre sus
usuarios. (Ver gráfico 2).
3.1.3. Percepción de las ventajas e inconvenientes del
preservativo.
Los usuarios de los TSMSs tenían antes de participar en
los Talleres una percepción de las ventajas derivadas del
uso del preservativo muy similar a los sujetos de comparación.
Sin embargo, tras los talleres, hay un incremento significativo
de la percepción de estas ventajas entre los sujetos del
grupo de intervención, tanto en el post-test como en el
seguimiento a 1 mes (t = 2,3; 370 g.l.; p = 0,02 y t = 2; 355
g.l.; p = 0,047 respectivamente). Los análisis de covarianza
con las medidas de pre-test como covariante demuestran que los
usuarios de los TSMS aumentan significativamente más su
percepción de las ventajas del preservativo en comparación
con el pre-test que los sujetos de comparación, y esto
ocurre tanto en el post-test como en el seguimiento (F = 5,8;
1 g.l.; p = 0,02 y F = 3,8; 1 g.l.; p = 0,05 respectivamente).
En conclusión: estos resultados proporcionan apoyo a la
eficacia de los TSMS para aumentar la percepción de las
ventajas del preservativo (ver gráfico 3).
Con respecto a la percepción sobre las desventajas del
preservativo, no existen diferencias significativas entre ambos
grupos en el pre-test (t = 1,16; 385 g.l.; p = 0,25); mientras
que tras los TSMSs, los usuarios de los talleres disminuían
la percepción de estas desventajas significativamente más
que los sujetos de comparación (F = 5,8; 1 g.l.; p = 0,017).
Como consecuencia, al finalizar los TSMSs la percepción
de las desventajas del preservativo era significativamente menor
entre los usuarios de estos talleres que entre los sujetos de
comparación (t = 2,6; 370 g.l.; p = 0,009).
Durante el seguimiento, no se mantiene la tendencia observada
entre los usuarios de los Talleres. Estos resultados apoyan la
eficacia de los TSMSs para disminuir la percepción de las
desventajas del preservativo, aunque esta disminución tiende
a no mantenerse durante el seguimiento si se compara con la evolución
de los sujetos que no participaron en estos Talleres (ver gráfico
4).
La escala de Ventajas e Inconvenientes del Preservativo permite
obtener una puntuación relativa al balance decisional sobre
el uso del preservativo (Balance = ventajas - desventajas). Los
análisis de varianza de medidas repetidas demuestran también
que los usuarios de los TSMS evolucionan más favorablemente
que los sujetos de comparación entre el pre-test y el post-test
(F = 5,4; 1 g.l.; p = 0,021) en esta puntuación, aunque
esas diferencias no se mantienen en el seguimiento. En resumen,
estos resultados también aportan evidencia favorable a
la eficacia de estos Talleres para positivar el balance decisional
relativo al uso del preservativo.
3.1.4. Expectativas de resultados relacionados con el uso
del preservativo.
Las expectativas de resultados e impacto del uso del preservativo
sobre las relaciones sexuales fueron evaluadas con dos dimensiones
positivas (seguras y lúdicas) y con dos dimensiones negativas
(limitadas e incómodas). Los encuestados respondían
sobre una escala que mostraba su acuerdo o desacuerdo con tales
calificativos. La Tabla Nº 1 muestra las frecuencias y porcentajes
de sujetos que se mostraron de acuerdo con esos cuatro calificativos
aplicados a lo que esperan de sus relaciones sexuales con preservativo
y los estadísticos de contraste (bilateral) para la comparación
entre ambos grupos en cada evaluación, La Tabla Nº
2 muestra los estadísticos de contraste (bilateral) sobre
la evolución de ambos grupos a lo largo del estudio según
la prueba de McNemar.
Los resultados mostrados en las Tablas Nº 1 y Nº 2,
acerca de las expectativas sobre los resultados e impacto del
preservativo en las relaciones sexuales indican que: a) los usuarios
de los TSMSs tienden a aumentar su percepción de seguridad
en las relaciones sexuales protegidas tras los Talleres, aunque
no hay diferencias significativas entre el seguimiento y el pre-test;
b) solamente la mitad o menos de los encuestados consideran que
las relaciones sexuales con preservativo serán lúdicas
y agradables. Ambos grupos mejoran esas expectativas significativamente
en el post-test y en el seguimiento en relación con el
pre-test, y esa mejoría es mayor entre los usuarios de
los TSMSs; c) alrededor de la mitad de los encuestados consideran
que el uso del preservativo ocasionará que sus relaciones
sexuales sean limitadas, aunque los usuarios de los TSMSs disminuyen
significativamente esas expectativas negativas durante los talleres;
d) la mitad o más de los encuestados espera que el uso
del preservativo ocasionará que sus relaciones sexuales
sean incómodas. Los usuarios de los TSMSs disminuyen significativamente
esas expectativas negativas durante los talleres, hasta el punto
en que en el post-test esas expectativas son significativamente
menos frecuentes que en el grupo de comparación. Al finalizar
el estudio aún se mantienen las diferencias significativas
entre los usuarios de los TSMSs y los sujetos de comparación,
indicando que los últimos mantienen mayores expectativas
de que el uso del preservativo ocasiones que sus relaciones sexuales
sean incómodas. Los análisis log-lineales indican
que los usuarios de los TSMSs reducen, entre el pre-test y el
seguimiento, significativamente más que los sujetos de
comparación dos expectativas negativas sobre el uso del
preservativo: las expectativas de que sus relaciones coitales
serán limitadas e incómodas por utilizar el preservativo
(Chi cuadrado = 4,5; p = 0,03 y Chi cuadrado = 8,6; p = 0,003
respectivamente).
En conclusión, la participación en los TSMSs va
asociada a una mejora en las expectativas de los resultados asociados
al uso del preservativo, que se concreta en un aumento de las
expectativas positivas y una disminución de las expectativas
negativas de los resultados del uso del preservativo.
3.1.5. Uso del preservativo con pareja habitual.
En el pre-test, la conducta más frecuente en ambos grupos
es no utilizar nunca el preservativo en sus relaciones con la
pareja habitual (38,5% y 50,3% en los usuarios de los TSMSs y
grupos de comparación respectivamente). En el post-test,
aunque aumenta notablemente en ambos grupos en relación
con el pre-test el uso del preservativo siempre con la pareja
habitual (36,4% y 30,9% en los usuarios de los TSMS y grupos de
comparación respectivamente), la conducta más frecuente
en ambos grupos continúa siendo no utilizar nunca el preservativo
en estas relaciones,. En el seguimiento, la conducta más
frecuente en el grupo de usuarios de los TSMSs es utilizar siempre
el preservativo en sus relaciones con la pareja habitual (36,9%),
mientras que la mayoría de los sujetos de comparación
siguen sin utilizar nunca el preservativo en estas relaciones
(54,7%). Los grupos de usuarios de los TSMSs no se distinguen
significativamente de los sujetos de comparación en la
frecuencia de uso del preservativo en las relaciones coitales
con la pareja habitual durante el pre-test y el post-test. Sin
embargo, la frecuencia de uso del preservativo durante el seguimiento
es significativamente mayor en el grupo experimental que en el
grupo de comparación (Chi = 10,2; 3 g.l.; p bilateral estimada
mediante el procedimiento de Monte Carlo = 0,017).
Los estadísticos de contraste basados en la prueba de McNemar
nos permiten detectar que en el grupo experimental aumenta significativamente
la proporción de sujetos que utilizan siempre el preservativo
con su pareja habitual en el post-test con relación al
pre-test (p = 0,021 para 96 sujetos con este tipo de relación
en pre-test y post-test), y que estas diferencias positivas y
significativas se mantienen durante el seguimiento (p = 0,021
para 105 sujetos con este tipo de relación en pre-test
y seguimiento).
Los TSMSs han mostrado utilidad para aumentar significativamente
la probabilidad de que los sujetos utilicen el preservativo siempre
en sus relaciones coitales con la pareja habitual, y esos aumentos
se mantienen tras un mes de seguimiento (ver Gráfico Nº
5).
3.1.6. Uso del preservativo con pareja ocasional.
Con respecto a las relaciones con pareja ocasional, en el pre-test,
la conducta más frecuente en ambos grupos es utilizar siempre
el preservativo en sus relaciones con ésta, a diferencia
de lo que ocurría en las relaciones con pareja habitual
(48,3% y 49,5% en los usuarios de los TSMSs y grupos de comparación
respectivamente). En el post-test, la conducta más frecuente
en ambos grupos continúa siendo utilizar siempre el preservativo
en estas relaciones coitales con pareja ocasional, aumentando
en ambos grupos en relación con el pre-test la frecuencia
de esta conducta de protección, aunque más notablemente
entre los usuarios de los TSMSs (70,4% y 59,1% en los usuarios
de los TSMSs y grupos de comparación respectivamente).
En el seguimiento, los sujetos de comparación se mantienen
con las mismas probabilidades que en el post-test de usar el preservativo
en estas relaciones (57,1%), mientras que los usuarios de los
TSMSs retornan a niveles ligeramente inferiores a los del pretest
en esta conducta de protección (36,4%). Los grupos de usuarios
de los TSMSs no se distinguen significativamente de los sujetos
de comparación en la frecuencia de uso del preservativo
en las relaciones coitales con la pareja ocasional durante el
pre-test, en el post-test ni en el seguimiento.
Los estadísticos de contraste basados en la prueba de McNemar
con el nivel de significación exacto nos permiten detectar
que en el grupo experimental aumenta significativamente la proporción
de sujetos que utilizan siempre el preservativo con su pareja
ocasional en el post-test con relación al pre-test (p =
0,031 para 22 sujetos con este tipo de relación en pre-test
y post-test), y que estas diferencias positivas y significativas
no se mantienen durante el seguimiento (p = 0,29 para 28 sujetos
con este tipo de relación en pretest y seguimiento) (ver
Gráfico Nº 6).
3.1.7. Porcentaje de relaciones coitales protegidas.
Antes del desarrollo de los talleres, el porcentaje de relaciones
coitales protegidas (durante los últimos 3 meses) era levemente
inferior al 50% en ambos grupos, sin diferencias significativas
entre ellos. En el post-test, el porcentaje de relaciones coitales
protegidas (durante el periodo de duración de los talleres)
alcanzó casi el 60% en el grupo experimental global y superó
ligeramente el 50% en el grupo de comparación, sin que
esas diferencias fuesen estadísticamente significativas.
Al finalizar el estudio, el porcentaje de relaciones coitales
protegidas se mantenía sobre el 60% en el grupo experimental
y nuevamente bajaba hasta niveles semejantes a la línea
base en el grupo de comparación. En este caso, las diferencias
de medias son estadísticamente significativas, a favor
del grupo de intervención (t = 2,36; 204,8 g.l.; p = 0,019).
Tanto los usuarios de los TSMSs como los sujetos de comparación
aumentan significativamente el porcentaje de relaciones coitales
protegidas durante el post-test (t = 2,14; 82 g.l.; p = 0,035
para el grupo de usuarios de los TSMSs) y el seguimiento (t =
2,38; 93 g.l.; p = 0,019 para el grupo de usuarios de los TSMSs)
en relación con el pret-est. El análisis univariante
de la varianza en el post-test, utilizando como covariante las
medidas del pre-test nos indica que la evolución de esta
variable durante el estudio no muestra diferencias significativas
entre ambos grupos. Esta variable muestra una estabilidad intra-sujetos
considerable y muy significativa estadísticamente a lo
largo de todo el estudio: La correlación entre las medidas
en el pre-test y en el post-test alcanzó un valor de 0,80
en el grupo experimental y en el grupo de comparación y
los coeficientes de correlación entre el pre-test y el
seguimiento fueron de 0,73 en el grupo experimental y de 0,70
en el grupo de comparación.
En conclusión, el porcentaje de relaciones coitales protegidas
se sitúa entre el 40% y el 60% a lo largo del estudio en
ambos grupos. Tanto los usuarios de los TSMSs como los sujetos
de comparación aumentan significativamente ese porcentaje
tras los Talleres y en el seguimiento en comparación con
el pre-test (ver Gráfico Nº 7), por lo que esos efectos
positivos no pueden ser atribuidos inequívocamente al impacto
de los TSMSs. No obstante, la evolución a lo largo de estudio
en esta conducta de protección es más favorable
entre los usuarios de los TSMSs que entre los sujetos de comparación,
hasta el punto que aquellos incrementan este porcentaje de relaciones
coitales protegidas el doble que estos últimos en el seguimiento
en relación con el pre-test (21% vs. 10,5%).
3.1.8. Problemas experimentados con el uso del preservativo.
Los sujetos entrevistados informaron sobre sus problemas a la
hora de convencer a la pareja de la necesidad de usar preservativo
en las relaciones sexuales y sobre problemas experimentados con
el uso del preservativo. La Tabla Nº 3 muestra las frecuencias
y porcentajes de sujetos en cada uno de los dos grupos que experimentaron
al menos alguna vez problemas con el uso del preservativo entre
aquellos sujetos que mantuvieron relaciones durante cada uno de
los tres periodos de medida. En ninguno de los tres momentos de
medida se observaron diferencias significativas entre grupos en
la frecuencia de estos dos tipos de problemas con el preservativo,
según los estadísticos de contraste aplicados a
las tablas de contingencia.
Con respecto a los problemas para convencer a la pareja acerca
de la necesidad de usar el preservativo, éstos son relativamente
poco frecuentes a lo largo del estudio: aproximadamente uno de
cada tres sujetos informan de algún problema de este tipo
en el pre-test, y alrededor de uno de cada cinco en el post-test
y el seguimiento. En ninguno de estos tres momentos de medida
se observan diferencias significativas entre los usuarios de los
TSMSs y los sujetos de comparación.
En conclusión, aunque los problemas para usar el preservativo
y para convencer de la necesidad de su uso en las relaciones sexuales
se habían producido en un porcentaje menor del 50% de los
sujetos en los últimos 3 meses y menor del 25% durante
el mes y medio del estudio, demostrando un descenso significativo
tras los TSMSs en comparación con el pre-test, no se puede
afirmar que los TSMSs han reducido significativamente la frecuencia
de estos problemas, ya que la disminución es la misma en
ambos grupos.
3.2. Evaluación de la Satisfacción de los usuarios
con los TSMSs.
Cada uno de los 10 ítems del cuestionario de satisfacción
se responde sobre una escala cuyos valores máximo y mínimo
son 5 y 1 (mucho y nada satisfecho respectivamente).
La satisfacción del usuario está agrupada en tres
dimensiones:
- Satisfacción relativa a la adecuación del taller
a las características del usuario: momento personal,
interés suscitado, utilidad para el cambio en las conductas
de riesgo y satisfacción global.
- Satisfacción relativa a aspectos específicos
del taller: adecuación del local, metodología
de exposición de los temas, adecuación del grupo
e interés de este tipo de Talleres para un futuro.
- Satisfacción con los recursos humanos del taller:
competencia y accesibilidad del personal responsable de los
Talleres.
La Tabla Nº 4 resume las puntuaciones promedio relativas
a la satisfacción de los usuarios de los TSMSs, tanto en
el post-test como en el seguimiento.
Los resultados que pueden observarse en la tabla anterior indican
que: a) el nivel de satisfacción de los TSMSs es alto en
todos los aspectos de los Talleres; b) que ese alto nivel de satisfacción
tiende a mantenerse o incluso a aumentar en el seguimiento; c)
que los ítems con menor nivel de satisfacción son
los relativos a la preparación personal de los propios
usuarios para el Taller y la adecuación de los locales
y d) que los ítems con un nivel de calificación
promedio cercano al máximo son los relativos a la proyección
futura de estos talleres y los atributos del personal responsable
de los mismos.
Concluyendo, los usuarios de los TSMSs valoran muy positivamente
estos talleres, tanto a su finalización como un mes después
de haber finalizado. Estos talleres podrían mejorarse incorporando
una fase introductoria para preparar y motivar a los usuarios,
y su generalización sería muy bien recibida por
el colectivo de drogodependientes en tratamiento.
4. Discusión y Conclusiones.
Existe la idea generalizada de que hoy en día la información
sobre sexualidad y aspectos relacionados a la protección
de las relaciones sexuales es relativamente amplia. En nuestro
estudio hemos observado que el nivel de conocimientos promedio
sobre el uso adecuado del preservativo es muy alto y que el conocimiento
sobre las formas de transmisión del VIH/SIDA y las conductas
de protección frente a esta transmisión es más
moderada, resultados que permiten afirmar que la mayoría
de los sujetos drogodependientes en tratamiento que participaron
en la evaluación de los TSMSs disponen de información
correcta sobre el uso adecuado del preservativo y sobre la transmisión
del VIH/SIDA, junto con algunas informaciones incorrectas que
son resistentes a su modificación. Indirectamente, nuestro
estudio también avala la hipótesis de que disponer
de información adecuada sobre el preservativo y sobre la
transmisión del VIH/SIDA no se corresponde con la adopción
de medidas preventivas, como se demuestra con las bajas tasas
de protección en las relaciones coitales. Nuestros resultados
indican claramente que los usuarios de los TSMSs aumentan significativamente
sus conocimientos sobre el uso del preservativo y sobre la transmisión
del VIH/SIDA durante los Talleres en comparación con la
línea base, que lo hacen en una medida significativamente
mayor que los sujetos que no participaron en dichos Talleres y
que esos aumentos en los conocimientos tienden a mantenerse en
el seguimiento. Aunque no se pueda asegurar que ese aumento en
los conocimientos se traduzca en menores conductas sexuales de
riesgo, es de esperar que ese aumento tenga al menos un efecto
indirecto positivo hacia el cambio en la conducta riesgo.
Nuestros resultados demuestran también claramente que los
usuarios de los TSMS mejoran durante los Talleres en sus actitudes
relativas al balance costes-beneficios sobre las consecuencias
del uso del preservativo y que ese aumento en la percepción
de las ventajas se mantiene en el seguimiento entre los usuarios
de los TSMSs, aunque no ocurre así con la disminución
de las desventajas percibidas del preservativo. Sin embargo, las
expectativas negativas sobre el impacto del preservativo en las
relaciones sexuales disminuyen, y las expectativas positivas aumentan
entre los usuarios de los TSMSs y los cambios son superiores a
los observados en los sujetos del grupo de comparación.
Algunos estudios indican que las actitudes y expectativas de resultados
relacionadas con la relación de conductas sexuales preventivas
predicen positivamente la realización de tales conductas
(Corby, Schneider y Wolitski, 1996; Falck et al., 1997). Estas
mejorías en las actitudes hacia el preservativo y en las
expectativas sobre sus resultados pueden jugar un papel importante
en el mantenimiento de las conductas de protección y pueden
ser una de las causas de que las mejorías en las conductas
observadas durante los TSMSs se mantengan en el seguimiento, en
la medida en que es reconocida la relación entre actitudes,
expectativas de resultado y realización de la conducta
preventiva.
Una primera valoración de los resultados observados en
cuanto al uso del preservativo en las relaciones coitales indica
que los usuarios de los TSMSs alcanzan un incremento en estos
indicadores de conductas de protección entre el pre-test
y el post-test que supera el 10-20% de aumento informado en la
literatura sobre la evaluación de intervenciones de naturaleza
similar a los TSMSs (Páez et al, 1996). El incremento observado
es del 37,7% en el uso del preservativo siempre con pareja habitual
(pasando del 26,8% en el pre-test al 36,4% en el post-test), del
46% en el uso siempre del preservativo con pareja ocasional (pasando
del 48,2% en el pre-test al 70,4% en el post-test) y del 19% en
el porcentaje de relaciones coitales protegidas (pasando del 49,7%
en el pre-test al 59% en el post-test). Estos cambios positivos
y significativos, salvo en el uso del preservativo con pareja
ocasional, se mantienen en el seguimiento, donde se observa un
aumento del 21% en el porcentaje de relaciones coitales protegidas
en relación al pre-test y un aumento del 38% en el uso
siempre del preservativo con pareja habitual. Estos resultados
apoyan la eficacia de este tipo de talleres para aumentar la frecuencia
de las conductas sexuales protegidas entre los sujetos que participen
en ellos. El retorno, en el seguimiento, del uso "siempre"
del preservativo con pareja ocasional a niveles inferiores al
pre-test, nos hace pensar en un grupo de sujetos de alto riesgo
y más reticentes al cambio que será objeto de una
valoración específica en un próximo trabajo.
En este estudio utilizamos un criterio restrictivo como indicador
de resultados (el uso "siempre" del preservativo en
las relaciones coitales), debido a que es un objetivo de los TSMSs,
que queríamos poner a prueba, sabiendo que también
el uso "a veces" del preservativo con pareja ocasional
es preventivo, especialmente cuando este uso se produce en las
relaciones con parejas ocasionales de mayor riesgo (Pinkerton
y Abramson, 1997).
Algunos autores (Weeks y cols., 1995) consideran dos tipos de
autoeficacia en el contexto de la prevención de la transmisión
del VIH/SIDA: la autoeficacia de uso (habilidad para conseguir
y utilizar medidas preventivas como usar el preservativo) y autoeficacia
de rechazo (la que se requiere para no dejarse inducir por proposiciones
para llevar a cabo conductas de riesgo como la relación
sexual sin protección). Los resultados relativos a los
problemas con el preservativo (problemas para convencer y problemas
con el manejo y uso del preservativo) están directamente
relacionados con estos dos tipos de autoeficacia y demuestran
una clara mejoría entre los usuarios de los TSMSs tras
los talleres que se mantiene en el seguimiento, suministrando
apoyo adicional a su eficacia. De hecho, el entrenamiento en las
habilidades para el manejo y uso adecuado del preservativo y las
habilidades para una comunicación interpersonal, negociación
y asertividad, constituyeron un elemento clave de estos talleres,
por lo que es de esperar que disminuyan sustancialmente este tipo
de dificultades entre los usuarios de los TSMSs.
Como una limitación de nuestro estudio, tenemos que señalar
que la asignación de los sujetos al grupo de intervención
o al grupo de comparación no se ha realizado de forma aleatoria
sino de acuerdo con necesidades clínicas, de modo que el
diseño de la evaluación es cuasi-experimental con
grupos de control no equivalentes. No obstante, los resultados
han demostrado que los usuarios de los TSMSs eran globalmente
muy similares (en el pre-test) a los sujetos de los grupos de
comparación en las variables utilizadas como indicadores
de los resultados. Esta equivalencia aumenta la validez interna
de las atribuciones de los cambios en el post-test al impacto
de los TSMSs (Alvira, 1991). La mayoría de los cambios
favorables que se observan entre los usuarios de los TSMSs a lo
largo del estudio se producen en el post-test en relación
al pre-test, lo que proporciona validez interna a estos talleres
como causa de la reducción de las conductas sexuales de
riesgo y de la mejora en las variables mediadoras de estas conductas.
Sin embargo, nos encontramos con un efecto que limita notablemente
la posibilidad de atribuir los resultados positivos observados
exclusivamente a las intervenciones desarrolladas en los TSMSs:
los sujetos de comparación también parecen modificar
sustancialmente algunos indicadores conductuales de resultados
en relación con el pre-test; como son el uso del preservativo
con la pareja habitual, el porcentaje de relaciones coitales protegidas
y los problemas experimentados con el preservativo. Atribuimos
estos resultados positivos e inesperados en el grupo de comparación
consiste en atribuirlos (al menos parcialmente) a un efecto del
modelado debido al aprendizaje social, puesto que estos sujetos
perciben por reforzamiento vicario que es normativo realizar estas
conductas de protección en su grupo de referencia en un
momento determinado (durante la realización de los TSMSs).
Los grupos de comparación están formados por sujetos
admitidos a tratamiento en los mismos programas que los usuarios
de los TSMSs. Es bien sabido que estos grupos de usuarios de drogas
en tratamiento son altamente endogámicos en su red social
(incluso en el ámbito de las relaciones íntimas)
y que existe un alto nivel de interacción entre ellos,
dentro y fuera de los contextos del tratamiento. Por este motivo,
un programa de nueva implantación como es un TSMS puede
tener un impacto por modelado social que va más allá
de su efecto directo sobre los usuarios (sin olvidar que los sujetos
de comparación fueron informados, a través de las
instrucciones para su participación en el estudio, de la
existencia de un programa para la reducción de los riesgos
asociados a la conducta sexual). Diversos estudios señalan
que la aprobación por parte de personas afectivamente vinculadas
(parejas sexuales o de consumo) es muy determinante para la adopción
y modificación de conductas de riesgo entre UDIs, (Perí,
Saltó y Bayés, 1994), que la modificación
de estos comportamientos sexuales de riesgo es más probable
cuando es reforzada socialmente, en lugar de recibir el rechazo
de las personas de referencia (Des Jarlais y Friedman, 1988) y
que las redes sociales de los UDIs rechazan más fácilmente
los comportamientos de riesgo asociados al consumo de drogas que
las conductas sexuales de riesgo (llegando incluso a aprobarlas),
lo que podría explicar también la mayor resistencia
al cambio en estas últimas (Rhodes, 1997). Esta atribución
(al menos parcial) del cambio positivo en los sujetos de comparación
al posible efecto del modelado social encuentra apoyo en otros
dos efectos observados en nuestro estudio: los cambios positivos
observados en los sujetos de comparación no se observan
en las variables mediadoras que explicarían estos cambios
comportamentales (conocimientos sobre el preservativo, sobre las
situaciones de riesgo y medidas de protección frente a
la transmisión del VIH/SIDA y percepción de las
ventajas del preservativo), como ocurre entre los usuarios de
los TSMSs. Únicamente se observan cambios en sentido positivo
entre los sujetos de comparación en la reducción
de variables mediadoras que indican "trabas" para el
uso del preservativo, y que resultan más relevantes una
vez que el sujeto ha decidido usarlo: expectativas de resultados
negativos del preservativo y desventajas asociadas al mismo. Además,
los cambios positivos en las conductas de protección entre
los sujetos de comparación se producen más entre
el post-test y el pre-test (un periodo de dos semanas o menos)
que entre el pre-test y el seguimiento (un periodo de un mes y
medio), coincidiendo con los cambios en los usuarios de los TSMSs.
En conclusión, nuestra interpretación de los resultados
observados consiste en atribuir los resultados positivos observados
en las conductas de protección, en los problemas experimentados
con el preservativo y en las variables mediadoras entre los usuarios
de los TSMSs al efecto de estos talleres y atribuir en cierta
medida (y a modo de hipótesis) los efectos positivos observados
en las conductas de los sujetos de comparación al modelado
social por reforzamiento vicario de tales conductas de protección.
Este efecto de modelado social para la modificación de
conductas de riesgo resistentes al cambio supondría un
apoyo adicional a la eficacia de las intervenciones breves (Talleres)
orientadas a la reducción de riesgos para la transmisión
de enfermedades infecto-contagiosas relacionadas con la conducta
sexual, que se añadiría a la reconocida eficiencia
de las intervenciones grupales con usuarios de drogas en tratamiento.
Por último, hay que tener en cuenta que si bien el seguimiento
se realizó al mes de la finalización de los talleres
para evitar la mortandad experimental característica de
este colectivo, que hubiera eliminado de la muestra a muchos talleres;
somos conscientes de la necesidad de realizar seguimientos a más
largo plazo para valorar la evolución de los cambios obtenidos.
En conclusión, podemos decir que los resultados hallados
proporcionan una evidencia consistente de apoyo a la eficacia
de los TSMSs para el logro de sus objetivos a corto y a medio
plazo y una elevada satisfacción de los usuarios de drogas
que participan en ellos, demostrando la importancia que tiene
la puesta en marcha de este tipo de programas de reducción
de riesgos en los servicios que trabajan con usuarios de drogas.
Asimismo, demuestra que la red de profesionales creada a través
del Programa de Formación de Formadores ha logrado su objetivo
de poner marcha programas eficaces de reducción de los
riesgos asociados a la conducta sexual con los usuarios de drogas,
aportando evidencia sobre la eficiencia del trabajo grupal y en
redes con profesionales sanitarios.
Agradecimientos: Este trabajo ha sido posible gracias
a la colaboración entre el Plan Nacional sobre Drogas,
el Plan Nacional sobre el Sida y la Universidad del País
Vasco, y al trabajo de los profesionales de las distintas CC.AA
que participaron en él. Asimismo, las autoras quieren agradecer
a los revisores anónimos del borrador por sus comentarios
acertados y pertinentes.
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